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El tema de
la agricultura sustentable será analizado en el I Congreso Latinoamericanode
Sostenibilidad, Ecología y Evolución (SEE), que se realizará del 26 al 29
deseptiembre en Parque Viva, Costa Rica.
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La
iniciativa permite utilizar materiales reciclados en pequeños espacios para
cultivar alimentos para el autoabastecimiento.
Una de los principales preocupaciones de
muchos países en la actualidad es el crecimiento constante de la población, en
donde se estima que para el año 2030 el 60% de la población mundial viva en las
grandes ciudades, lo que significa un reto importante para los gobiernos y la
forma en cómo harán para alimentarlos, lo que además se verá afectado por el
cambio climático, las sequias y las inundacionesque provocarán la interrupción
del suministro de alimentos entre el campo y la ciudad.
Ante este panorama la agricultura del
reciclaje está tomando cada día más fuerza en Latinoamérica y consiste en una
serie de sistemas de producción alternativos para espacios pequeños y con fines
de autoabastecimiento. Combinados además con el manejo de residuos al darle un
segundo uso a materiales que, de otra manera, terminarían contaminando ríos o
enterrados.
Los participantes de las giras técnicas
que se realizarán en el marco del I Congreso Latinoamericano sobre Sostenibilidad, Ecología y
Evolución (SEE) que se realizará del 26 al 29 de setiembre en Costa Rica, podrán
conocer ejemplos de este tipo de agricultura.
Pero ¿dónde nació la corriente de la
agricultura del reciclaje? Según Alex Pacheco,profesor de la Universidad EARTH
y promotor del concepto en América Latina, todo comenzó en la ciudad de Detroit, en Estados Unidos, tras la crisis de
la industria automotriz, que llevó a la ciudad adeclararse en bancarrota en el
2013.
“Cuando esta gente se queda sin empleo y
las antiguas fábricas quedan abandonadas, se vio la oportunidad de
utilizar esa infraestructura para fines agrícolas. La inversión en sistemas
agrícolas que utilizaran materiales nuevos era muy costosa, entonces ellos
empiezan a reutilizar materiales que ya tenían como los contenedores. Luego
empezaron a trabajar con plásticos y así sucesivamente con otros materiales”,
explicó Pacheco.
Actualmente, la agricultura urbana –que
incluye el concepto de agricultura del reciclaje- ha permitido alimentar a la
población pero también el desarrollo de la ciudad, brindando opciones de empleo
a sus ciudadanos y dinamizando la economía no solo con la venta de
productos sino porque los huertos también se convirtieron en un destino
turístico.
En el caso de Latinoamérica ciudades como
Medellín y Bogotá, en Colombia, así como Guayaquil, en Ecuador, han visto en esta
tendencia una opción para promover la producción de alimentos. También
existen esfuerzos similares en países como Belice, Costa Rica y Haití, donde
las comunidades no solo se benefician de sistemas productivos urbanos y peri
urbanos que les proveen de una dieta variada en beneficio de su salud,
sino que también a precios accesibles para su economía.
Para esto huertas ubicadas en viejos
automóviles y contenedores decorados de manera artística se han tomado los
paisajes de dichas urbes, dándole un valor estético a la ciudad e incluso se
realizan tours. Pero, sobre todo, favoreciendo las prácticas en pro
del medio ambiente.
Sin embargo, debido a la poca
disponibilidad de suelo para sembrar que existe en las grandes ciudades, la
agricultura del reciclaje aprovecha materiales reciclables como maceteros,
tanques de lavadoras, llantas, bicicletas e incluso vehículos, que se intervienen
artísticamente para darle una atmósfera placentera al lugar.
Eso sí, antes de utilizar cualquier
material se debe averiguar cuál fue su primer uso. No se recomienda
utilizar residuos electrónicos como computadoras, ni aquellos que tengan
metales pesados en su composición, como baterías o circuitos eléctricos.
Tampoco materiales que hubieran estado en contacto con plomo.
Asimismo, no se recomiendan materiales
que, en su primer uso, hayan estado expuestos a contaminación biológica (el
caso de residuos hospitalarios o sanitarios), mucho menos que hayan estado en
contacto con químicos, como envases de desinfectantes, cloro, herbicidas,
pesticidas, gasolina, solventes y otros derivados del petróleo.
“De hecho, algunos envases tienen una
etiqueta donde se especifica que no pueden ser reutilizados debido a su
objetivo original. No es solo porque esas sustancias tóxicas pueden pasar a las
plantas y luego a los alimentos, sino porque también pueden contaminar el
agua”, alertó Pacheco.
¿Cómo iniciar con la agricultura del reciclaje?
Una vez definido el recipientepara
sembrar se requiere un sustrato. A falta de tierra, se puede recurrir a
una mezcla de cáscaras de maní, fibra de coco, cascarilla de arroz o arena
gruesa.
Otra opción es cultivar las hortalizas en
sistemas que utilicen agua enriquecida con fertilizante soluble. Según la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), un microhuerto de un metro cuadrado consume menos de tres
litros diarios de agua y
esta puede provenir de la lluvia, por ejemplo.
Cabe destacar que la agricultura del
reciclaje también permite aprovechar el espacio vertical al jugar con la
colocación de las diferentes maceteros y el principio de reutilización no solo
aplica en cuanto a los recipientes o contenedores. El concepto promueve la
utilización de abono a partir de estiércol de animal o compost elaborado de los
desechos orgánicos provenientes del hogar.
Según Pacheco, los cultivos que mejor se
adaptan a este concepto de agricultura del reciclaje son las hortalizas de hoja
y fruto, las plantas medicinales y las aromáticas. En general, plantas de
ciclos cortos. “Se pueden sembrar papas, pero es más difícil. Este sistema
es ideal para lechuga, cebollino, albahaca, pepino, berenjena, cilantro,
tomillo, menta, orégano y romero”, dijo Pacheco.
Por su parte la FAO asegura que un microhuerto de un metro cuadrado puede producir 30 kilogramos de
tomate al año o 36 piezas de lechuga cada 60 días o 100 cebollas cada 120 días.
Generando así beneficios ambientes y sociales, ya que parte del
autoabastecimiento para consumo familiar, los huertos pueden convertirse en una
actividad comunitaria donde los vecinos se comprometen con el mantenimiento del
sistema productivo, a la vez que comparten entre sí.
Como lo es el caso de Senegal en donde
estudios realizados indican que solo el 35% de los productos del huerto se
destina al consumo familiar, mientras que el restante 65% se vende. Incluso,
los investigadores llegaron a calcular que un microhuerto de 10 metros
cuadrados puede generar ingresos que van desde US$15 hasta US$30 mensuales.
Aunque a una escala más amplia, la
agricultura del reciclaje tiene otro
importante beneficio: la adaptación al cambio climático. Un manejo
multifuncional del paisaje que integre agricultura y cobertura forestal ayudará
a que las ciudades sean más resilientes.
Para más informaciónhttp://latinclima.org/articulos/agricultura-del-reciclaje-gana-terreno-en-america-latina