
Esta iniciativa
hubiera sido impensada ejecutar hace décadas atrás, por cuanto existía el
prejuicio que esos terrenos eran inundables y vegosos, tal como lo recuerdan
los antiguos vallenarinos,al momento de construirse el terminal de buses,a
principio de los años setenta, cuando afloró agua a pocos centímetros de la
superficie y hubo que realizar un profundo trabajo de drenaje para limpiar la
zona y rellenarla.
En esta ocasión,
quiero recordar que la “Chacra Martínez” tenía otro nombre durante el siglo XIX:
Era llamada “Chacra Zavala”, en honor de su propietario, el famoso cura Bruno
Zavala Fredes, quien asumió la jefatura del templo de La Merced (ubicado donde
hoy está el patio de la parroquia San Ambrosio) en 1832.
La “Chacra Zavala”
contaba con extensas plantaciones de parronales y en su parte central se
levantaba una hermosa casona patronal de antiguo estilo español, con corredores
en su entorno, en donde vivía el cura Zavala.
En un gesto
generoso de su parte, en 1835,este sacerdote cedió gratuitamente los terrenos
vegosos cercanos a su heredad, para que se construyera allí un pasepÚblico o
alameda, el cual al principio se llamóAlameda de Prado y, años después, Alameda
Vieja hasta, finalmente, adquirir el nombre de Alameda “Manuel Antonio Matta”.
SERGIO
ZARRICUETA ASTORGA