El informe
emitido en abril de 1983 por los constructores Jorge Wittwer y Luis Aguilar
resultó lapidario para la torre de la iglesia San Ambrosio, puestenía una
inclinación nororiente de 15 centímetros en la cúspide de sus 15 metros de
altura, producto de un grave deterioro de las soleras que servían de apoyo a
los niveles superiores de la antigua edificación. Luego de confeccionar detallados
planos de toda la estructura original, ambos técnicos propusieron reforzar o
reemplazar los elementos en mal estado por otros metálicos y, al mismo tiempo,
aliviar el peso del campanario.
El informe de
los citados constructores fue remitido a Copiapó al ingeniero civil Sergio
Bordoli, quien ratificó la opinión de los dos
expertos y, como conclusión, sugirió la demolición de la torre, ante el
inminente peligro de derrumbe que presentaba. Esta demolición fue solicitada a
la Compañía Minera del Pacifico, cuyo administrador encargó un programa de
trabajo a los ingenieros Emilio Garrote y Amadeo Monsalve, a quienes se sumó el
profesional Gustavo Iriarte, a nombre del Colegio de Constructores Civiles.
El informe
final de la Compañía Minera del Pacificosugirió que la demolición la realizara
personal con experiencia en trabajos de altura y con el apoyo de una grúa
telescópica para bajar trozos de cemento y madera. Esta tarea se cumplió en
mayo de 1984.
Sin embargo,
no fue sino hasta la década de los años noventa cuando recién se repuso la
torre, claro que no con materiales nobles, sino con una estructura metálica que
imitaba el diseño original,la cual fue realizada en la maestranza Schwarze y Bernabé,
respecto de la que existió el compromiso de cubrirla con algún material liviano
y pintarla para asemejarla lo más posible a la torre demolida; sin embargo,
este compromiso nunca se cumplió y hoy vemos como esta sólida estructura
metálica comienza a ser victima de la inevitable corrosiónde la humedad ambiental
que significa la tradicional camanchaca.