Si bien nació en la comuna de Chañaral, llegó a ser más atacameño que chañaralino, porque estuvo férreamente ligado a las tres provincias de nuestra región. Me refiero a don Erasmo Bernales Gaete, un tremendo personaje de la literatura regional, reconocido y elogiado por todos sus pares. Nació el 6 de agosto de 1906, es decir, un día como hoy, hace 114 años.
Fue distinguido como uno de los mejores
escritores del país, a tal punto que en 2002 el Gobierno de Atacama le concedió
el Premio Regional de Literatura, un reconocimiento inédito que nadie más lo ha
recibido en nuestra región. Incluso, fueron muchas las voces que entonces se
alzaron pidiendo su postulación al Premio Nacional de Literatura.
Estudió en Antofagasta, Taltal y
Copiapó, donde se recibió de profesor en la Escuela Normal “Rómulo J. Peña” en
1925. Desde muy joven volcó su enorme sensibilidad artística en las letras y en
la música. Compuso los himnos oficiales de las ciudades de Taltal, Vallenar,
Chañaral, Freirina y Diego de Almagro. También fue autor de los himnos de colegios
de Vallenar, Copiapó, Chañaral, El Salado, Barquito y Diego de Almagro. El
himno creado por él para el Liceo “Santa Marta” de Vallenar, se canta en todas
las ciudades de Chile donde esta congregación tiene establecimientos
educacionales.
Fue miembro de la Sociedad de
Escritores de Chile y de la Sociedad de Escritores de Atacama. Ganó numerosos
premios regionales y nacionales en poesía, cuento y novela. Por sus méritos literarios fue distinguido
como Hijo Ilustre de las ciudades de Vallenar, Freirina, Taltal, Diego de
Almagro y Chañaral. Ningún otro atacameño puede mostrar esta meritoria
trayectoria. También recibió el Premio de Literatura Cuarta Región, otorgado
por el Círculo Literario “Carlos Mondaca” de La Serena.
Don Erasmo Bernales fue todo un
bohemio, en el buen sentido de la palabra, es decir, un contertulio de largas y
trasnochadas veladas de conversaciones culturales, sobre todo cuando estaba
sentado junto a su piano. Fue un maestro en la oratoria y en el arte del buen
conversar. Siempre afable, divertido y con mil y una historia que contar. Su
fallecimiento, ocurrido el 30 de julio de 2004, tras una prolongada enfermedad,
fue muy sentido y, prueba de ello, es que mucha gente acompañó sus restos hasta
su última morada.
Personalmente, me siento un
privilegiado de haberlo conocido y compartido con él en varias ocasiones,
incluso en su acogedor hogar de calle Merced, donde le escuché hablar de sus
mil y una aventuras como docente, músico, poeta y atacameño. No puedo olvidar
su espontáneo gesto, al contarle que estaba preparando un homenaje a José
Carocca Laflor y de mutuo propio se ofreció a escribirme un poema para el gran
escultor, el cual aparece impreso en las primeras páginas del trabajo titulado
“José Carocca Laflor, el Hijo Olvidado”,
Retribuí su generosidad invitándolo a un té en la Hostería de Vallenar
(1985) con la viuda del señalado escultor, doña Celeste Luengo, quien visitó
nuestra ciudad para participar en dicho homenaje que le preparé en el salón de
actos de la Ilustre Municipalidad, apoyado por el Club Deportivo Algarrobo,
donde ejercía como bibliotecario. En la ocasión, también participó la profesora
de francés Fresia Herrera. Los cuatro aparecemos en la fotografía que acompaña
esta crónica, durante la amena convivencia.
Bien ganado tiene don Erasmo Bernales
Gaete un sitial entre los grandes hijos ilustres de nuestra querida región,
porque fue un aporte a las letras no solo de Atacama, sino que de todo el norte
chileno, comparable sólo -dicen muchos- con el gran Andrés Sabella.
SERGIO ZARRICUETA ASTORGA
Unidad de
Comunicaciones y RRPP
6 de agosto de 2020
Agradecimientos por la producción
a Mauricio Véliz Huanchicay