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Crónicas vallenarinas contemporáneas EUSEBIO “NEGRO” GAYTÁN

 


En la segunda mitad de la década de los setenta del siglo pasado, nuestro país estaba convulsionado con un joven boxeador osornino llamado Martín Vargas… Era la sensación del deporte nacional y el grito de “Pega, Martín, Pega”, sonaba fuerte en cada presentación suya, porque el público solo esperaba el K.O. del púgil nacional.

 

Esta fiebre del boxeo también se replicaba en Vallenar con un menudo peleador llegado desde Copiapó que comenzaba a perfilar su carrera con el nombre de nuestra ciudad y llenaba el Estadio Marañón con sus presentaciones. No tenía la pegaba de Martín, pero también se las arreglaba para ir sumando triunfos que entusiasmaban a los aficionados locales, como cuando le trajeron un púgil argentino al que también derrotó.

 

Un cercano a Gaytán nos recuerda que comenzó a pelear en Copiapó, cuando tenía alrededor de 15 años, bajo las órdenes de Raúl Cuello Gutiérrez y cerca de los 20 años se lo trajo a su corralvallenarino el recordado técnico boxeril Luis “Lucho Pillo” Cortés.

 

El “Negro” Gaytán se ganó el corazón del hincha del boxeo vallenarino y, pelea tras pelea, fue sumando hazañas, como la tarde que derrotó por K.O al mismísimo Cardenio Ulloa, por entonces campeón sudamericano,hasta llegar a convertirse en retador oficial del cinturón nacional de la categoría gallo. Aquella pelea se hizo en Huasco, en el estadio del Club Guacolda abarrotado de público.

 

“Era un fajador, daba hartos golpes y también tenía resistencia. Mi padre terminó de formarlo como pugilista”, recuerda Luis Cortés, hijo del recordado técnico vallenarino, quien agrega que “mi padre también lo profesionalizó, porque antes, el ´Negrito´ solamente entrenaba en la semana que iba pelear, además que supo sacarle provecho a virtudes que tenía escondidas y, tras varias pelear amateur, lo hizo debutar como profesional”.

 

Eusebio Gaytán era una persona humilde, callado, pero con una debilidad: le gustaba el vino tinto. Según nos narró un amigo suyo, previo a alguna pelea importante, el entrenador lo dejaba concentrado en una pieza que le arrendaba en la población Carrera, con la poca previsión que quedaba frente a la fuente de soda y salón de bailes” El Infierno” y no fueron pocas las veces que tuvieron que ir a buscarlo allí para llevarlo a entrenar.

 

Su vida poco ordenada y su poca constancia en el entrenamiento habrían sido las causas por las que el técnico Luis Cortés no perseveró en la carrera pugilística del Negro Gaytán y prefirió buscarle una pega en una empresa y de ahí en adelante se desvinculó del boxeo.

 

Lamentablemente, así se perdió una figura deportiva que prometía en el concierto boxeril de nuestra región y, quizás por qué no, también a nivel nacional. De hecho, el periodista deportivo Raúl Salazar Muñoz, escribió una columna en el Diario Atacama del 29 de abril de 1977, donde decía: “Eusebio Gaytán es la figura que necesita el boxeo de Vallenar. Tiene colorido en su accionar, con un poco más de tranquilidad puede llegar, lanza cualquier cantidad de golpes, aunque a ratos se desespera cuando observa que no le salen las cosas (…) Si se cuida ahora y no escucha los cantos de sirenas que lo invitan a tomarse la ´pilsener´ y luego a bailar, habrá elegido bien, pero de lo contrario será un paso fugaz en esto del rudo deporte del boxeo”. Parece que sus palabras fueron proféticas… lamentablemente.

 

Eusebio Gaytán falleció de un infarto cardiaco en 2010. Sus restos descansan en el cementerio de la localidad de Domeyko, donde vivió los últimos años de su vida.

 

 

          SERGIO ZARRICUETA ASTORGA

Unidad de Comunicaciones y RRPP

27 de agosto de 2020

 

 

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