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Hacia un Atacama más saludable: el rol del Estado en la salud mental

Por Sofía Vargas Roberts, Seremi de Gobierno de Atacama En el centro de las políticas de este Gobierno está el compromiso de construir un país más justo, donde cada persona pueda acceder a condiciones que permitan su bienestar integral. La salud mental, durante mucho tiempo relegada a un segundo plano, hoy ocupa un lugar prioritario en nuestra agenda, no sólo como un desafío sanitario, sino como un derecho esencial que debemos garantizar para todas y todos. En Atacama, somos testigos del impacto real de los problemas de salud mental. En 2023, se ingresaron más de 32.000 licencias médicas relacionadas con esta temática a la COMPIN, reflejando el peso que la ansiedad, la depresión y otros trastornos tienen en nuestras comunidades. Esta cifra, alarmante pero reveladora, nos interpela como Gobierno a actuar con celeridad y visión estratégica. Es por esto que el Presupuesto 2025, impulsado por el Presidente Gabriel Boric, responde con hechos a estas demandas ciudadanas. Este proyecto contempla un incremento histórico de los recursos para salud mental, destinado no solo a fortalecer la atención especializada, sino también a implementar medidas innovadoras que ya están transformando la vida de miles de personas en nuestra región. Un ejemplo de ello es la implementación de la telepsiquiatría en los hospitales de Copiapó y Vallenar, que ha acercado la atención a comunidades que antes enfrentan barreras geográficas y de acceso, además de la construcción del primer Centro Comunitario de Salud Mental (COSAM). A esto se suman las capacitaciones a equipos de salud y las intervenciones comunitarias, esenciales para promover la prevención y la consulta oportuna. Sabemos que el camino es largo y que los desafíos son enormes. Pero en Atacama, como en el resto del país, estamos avanzando hacia un modelo de salud más integral y equitativo. Este Gobierno no solo habla de salud mental como un derecho, sino que la posiciona como un eje central de sus políticas públicas, demostrando con recursos y acciones que las palabras tienen un correlato concreto. Hacemos un llamado a la ciudadanía a ser parte de este esfuerzo colectivo, rompiendo estigmas, apoyando a quienes enfrentan estas dificultades y exigiendo más y mejores avances. Porque cuidar nuestra salud mental no solo es una necesidad personal, sino también una responsabilidad compartida para construir un Chile más humano, solidario y empático. En Atacama, estamos comprometidos con que este desafío se traduzca en esperanza, acceso y bienestar para todas y todos. Porque la salud mental es, y seguirá siendo, una prioridad para este Gobierno
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