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Ante el fallo histórico de la Corte Internacional de Justicia: ¿Está preparada la minería para lo que viene?

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) acaba de enviar un mensaje contundente: la inacción frente al cambio climático ya no es solo un costo reputacional, sino también un riesgo jurídico y comercial. ¿Cómo afecta esto a la minería chilena, y en particular a la región de Atacama? El 23 de julio, la CIJ emitió una opinión consultiva que, aunque no es vinculante, fija un estándar influyente: los Estados deben mitigar y adaptarse al cambio climático con base científica, proteger derechos y cooperar internacionalmente. El impacto no se limita a los gobiernos. La señal se internaliza en industrias clave como la minería, donde el costo de no actuar dejó de ser solo reputacional. En Chile, la minería concentra cerca del 17% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). La política pública ya lo reconoce: el Plan Sectorial de Cambio Climático de Minería (PSCC) 2025–2029 define una hoja de ruta para aportar a la carbono-neutralidad al 2050, alineada con la Política Energética Nacional y la Estrategia Climática de Largo Plazo, que incluye la retirada del carbón al 2040 y electricidad de cero emisiones al 2050. La región de Atacama reúne dos condiciones excepcionales: minerales estratégicos (cobre, litio, yodo, molibdeno, entre otros) y energías renovables ya disponibles. La electrificación integral de las faenas mineras ofrece la posibilidad de modernizar procesos, reducir emisiones y entregar minerales con menor huella de carbono. Consultado Rodolfo Güenchor, director de la Corporación Atacama Sostenible, sobre el dictamen del tribunal internacional, sentenció: “El fallo es una llamada de atención y, a la vez, una oportunidad. La electrificación de la minería nos permite producir cobre, litio y otros minerales críticos para el mundo, con menor huella y liderar así la nueva minería”. La hoja de ruta ya se despliega: contratos de energía renovable a largo plazo (PPA) con trazabilidad, sistemas de almacenamiento con baterías (BESS) que permiten usar energía solar también de noche, electromovilidad en flotas, mejoras de eficiencia y una gestión hídrica resiliente con reúso y desalación sustentable. Según la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA), al segundo trimestre de 2025 el almacenamiento BESS ya es un pilar del sistema: casi 1.000 MW en operación, 574 MW en prueba y más de 4.000 MW en construcción, además de otros 8.000 MW aprobados y 15.000 MW en evaluación ambiental. Este año se estima que entrarán en operación cerca de 2.200 MW. Ante esta realidad, Rodolfo Güenchor comentó: “Estas cifras muestran que ya no hablamos de pilotos. El BESS a escala permite trasladar energía renovable principalmente la solar al horario nocturno, reducir vertimientos diurnos (pérdida de energía solar por no uso) y bajar huella en las faenas mineras. En Chile, la minería aislada de la red tiene un tremendo potencial, pues puede aprovechar de capturar la baja de costos del almacenamiento con sistemas BESS y complementar el uso de sus generadores con combustible, sumando energía solar más BESS. Actualmente estos sistemas híbridos son desarrollados por empresas como Copec Flux, que financian, ejecutan y administran la operación de estos”. La realidad es clara: las compañías mineras con contratos térmicos cada vez son menos y están migrando a energías renovables con acuerdos de largo plazo y suministro por bloques horarios para cubrir demanda nocturna. La transición incluye también a las personas y los territorios: capacitación en electromovilidad, gestión energética y diálogo temprano con comunidades. “Si sumamos energía trazable y buenas prácticas, podemos ofrecer un sello de baja huella que abre mercados”, resume Güenchor. “Para dar confianza a clientes e inversionistas, las grandes faenas miden y reportan su huella y buscan certificaciones como The Copper Mark e ISO 50001. Así, Chile convierte una advertencia en oportunidad de desarrollo: la electrificación asegura continuidad con energía limpia y permite ofrecer minerales estratégicos y críticos con trazabilidad.” La advertencia de la Corte Internacional de Justicia es inequívoca: la inacción climática tiene consecuencias jurídicas y comerciales. Para la minería chilena, y especialmente para Atacama, representa una oportunidad única para liderar la transición energética global, ofreciendo minerales críticos con baja huella, trazabilidad y energía limpia. Por último, Daniela Rojas Escobar, Abogada y presidenta de la Corporación Atacama Sostenible, puntualizó "el dictamen de la CIJ marca un antes y un después: la minería no puede quedar al margen de la acción climática. En Atacama contamos con condiciones únicas para integrar energías renovables, electrificación y certificaciones de trazabilidad que hoy son estándar de competitividad global. Nuestra tarea es acelerar esta transición y demostrar que la minería chilena puede liderar con innovación y baja huella. No Podemos desconocer este fallo que, es un llamado a los Estados y también a las industrias; un llamado a creer que la minería, lejos de ser un obstáculo, puede transformarse en un motor de la acción climática si integra energías limpias y prácticas responsables. Chile y Atacama tienen la oportunidad de situarse a la vanguardia, ofreciendo minerales críticos con un sello de sostenibilidad reconocido en el mundo "
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