Corrían los años
veinte, cuando Antonio Lonza Vilina llegó a Chile, procedente de Croacia. Los efectos
de la Primera Guerra Mundial aún se sentían en la economía de Europa y muchos
osados jóvenes decidieron partir al continente americano en busca de mejores
horizontes de vida. Su destino en nuestro país fue la pampa calichera con el
fin de colocar un negocio tipo pulpería. Sin embargo, el clima le jugó una
desconocida a su salud y decidió emigrar hacia el valle de Diaguitas en la hoy
Cuarta Región.
Estando allá,
Pablo Lonza Vilina tomó la buena decisión de estudiar Farmacéutica en la
Universidad de Chile y, con el título en la mano, volvió a las pampas
salitreras, donde conoció a su futura mujer, pero, no se quedó por allá, sino
que decidió volver a Vallenar en 1927, instalando la Farmacia Lonza y Cía., en
el sitio donde hoy está la sucursal de DIN.
La farmacia
Lonza y Cía. fue la segunda propiamente tal que tuvo Vallenar; anteriormente,
se registra la existencia de algunas boticas y de la Farmacia “Alemana”,
abierta por don Max Nolff, en el edificio del desaparecido “Castillo”, donde
hoy está la Galería Bavaria.
Con el paso de
los años, don Pablo Lonza cambió el nombre de su farmacia y la llamó “La
“Nacional”, instalándose donde hoy funciona la Cruz verde, en Prat esquina
Colchagua, local que inicialmente había ocupado su hermano Santiago Lonza con la
Farmacia “La Central”, quien igualmente se había titulado de químico
farmacéutico en Santiago, durante los primeros años de la década del treinta,
pero como le atinó al número del premio mayor de la Lotería de Concepción,
decidió regresar a Santiago, aunque unos años más adelante volvió a la capital
del Huasco, pero eso es cuento aparte.
“Mi abuelo se
vino a Vallenar animado por las noticias que pronto se iba a echar a andar la
mina Algarrobo; sin embargo, eso no sucedió como pensaba y recién se inauguró
en 1959, justo el año cuando muere de un infarto cardiaco”, recuerda su nieto
Gustavo Lonza Marió.
Mientras tanto, el
joven Pablo Lonza Kovacevic también se había recibido de químico farmacéutico
en Santiago y, tras la muerte de su padre, asumió obligadamente las riendas del
negocio familiar.
Tras la muerte
de don Pablo Lonza Kovacevic, ocurrida en 2011, asumió el control de la
farmaciael representante de la tercera generación familiar dedicada a este
rubro: Gustavo Lonza Marió, también químico farmacéutico, titulado en la
Universidad de Chile, casado con la actual jefa de la Unidad de Química y
Farmacia del Hospital Provincial del Huasco.
Consultado por
la invasión de las grandes cadenas del rubro en Vallenar, el ya mencionado
Gustavo Lonza, comenta: “Cuando llegaron los ejecutivos de Cruz Verde a hablar
con nosotros, teníamos bien pocas alternativas de decirles que no, porque de
partida eran nuestros principales proveedores y, ante una negativa podían
cambiarnos las condiciones en cualquier momento, así es que decidimos arrendarles la farmacia
y nosotros nos cambiamos al lado, por calle Colchagua, con una farmacia
homeopática, primero, hasta que el año
2012, la autoridad sanitaria nos dijo que estábamos mal, porque vendíamos
aspirinas, así es que tuvimos que volver a ser farmacia tradicional”.
Al ser requerido
por lo que considera la clave para subsistir en medio de las poderosas
farmacias con presencia nacional, sostiene que “primero que nada, uno tiene un
público que lo ha seguido y nos conoce por generaciones, y nosotros también los
conocemos a ellos, si bien no por el nombre, pero los ubicamos perfectamente; también
hay que considerar que siempre tratamos de dar un buen servicio, manteniendo
los precios más bajos, y eso la gente lo valora”.
Finalmente, Gustavo
destaca que “somos una de las farmacias más antiguas de Chile en manos de una
misma familia, en este caso de abuelo a nieto, acercándonos ya al centenario
desde que se abrió el primer local en Vallenar en 1927”.
SERGIO ZARRICUETA ASTORGA
Unidad de Comunicaciones y RRPP
Lunes 17 de agosto de 2020
Producción: Mauricio
Véliz Huanchicay