
Ante la formulación de esta pregunta, que forma parte, reiteramos, de la ineludible labor fiscalizadora de todo concejal, el alcalde Morales reaccionó de forma agresiva y matonesca, poniéndose de pie en reiteradas ocasiones y acercándose amenazante hacia la concejala, tratando de amedrentarla eludiendo responder en primer término a la pregunta formulada; y en segundo reconociendo el vínculo con el profesional contratado, señalando a viva voz que “la Ley se lo permitía”.
El episodio vivido ayer por la concejala Cortés, no es más que el último de una seguidilla de intentos de amedrentamiento por parte del alcalde (s) Morales en su contra, situación que no sólo nos indigna como regionalistas, sino que como simples ciudadanos, que promovemos desde hace años la transparencia al interior de los municipios, en especial en aquellos como es el caso de Tierra Amarilla, en donde se ha conocido un sinnúmero de irregularidades en tiempos recientes y que afectan, a la larga, a la totalidad de las vecinas y vecinos de la comuna que esperan de su municipio todo el apoyo para mejorar sus condiciones de vida.
Al alcalde (S) Morales pareciera molestarle de sobre manera que una mujer se esmere en cumplir su rol fiscalizador y de constante observación de los actos administrativos de la alcaldía, con decisión y prefiriendo no hacer la vista gorda a situaciones que le parezcan legítimamente motivo de cuestionamiento.
El ser acuciosos y agudos en la búsqueda de información, la que por cierto es pública, para aclarar situaciones concernientes a la gestión municipal, no es una falencia sino una virtud en un concejal o concejala, que se debe destacar y agradecer en tiempos en donde pareciera ser más sencillo pasar por ciego, sordo y mudo.
Por lo tanto, rechazamos categóricamente esta mala práctica del alcalde Morales, invitándole a enfocar sus esfuerzos en pro de la transparencia que tanta falta le hace al municipio bajo su mando.