Los viejos
vallenarinos recuerdan con nostalgia la vida bohemia y festiva que se vivía en
la ciudad entre las décadas del 60 y el 80, con el agregado que todos se
conocían y eran amigos. Simplemente, eran otros tiempos, con una juventud más
sana, que no conocía las drogas y tampoco la delincuencia tenia los ribetes que
muestra hoy.
En un repaso
de estos ambientes, cómo no comenzar por la tradicional “Quinta Gatica”, ubicada
al comienzo de calle Merced, el punto de encuentro obligado para las familias
vallenarinas que durante el día se reunían a almorzar y por las noches a
parrandear, además que, al salir de allí, los hombres se pasaban directamente
donde las niñas pecaminosas del Cabaret “El Cinco”, que estaba a solo pasos.
Era costumbre
también asistir a los concurridos bailes que se organizaban en el Club Huantemé, ubicado en calle Serrano, con las mejores
orquestas del momento, donde no faltaban los Géminis 6, Sonido Yaiman o Los
Sólidos 7.
Para saborear
el mejor shop, escuchando música en un butlizer, estaba “El Hilton”, situado en
Prat 1278, a mitad de cuadra, entre Colchagua y Ercilla, mientras que en Prat
1096 estaba el inconfundible Café Diana que para la cena y almuerzo ofrecía
exquisitos mariscos del sur.
En calle
Ramírez esquina Agua Amarga se ubicaba la Quinta de Recreo “Splendid”, un local
amplio y también de corte familiar, sobre todo para los años nuevos y fiestas
patrias, donde se hacía estrecho, seguramente porque allí se comía bien, se
bailaba bien y se tomaba bien.
Los vecinos de
la población Carrera no tenían ni que moverse de su barrio, porque contaban con
“Los Copihues Rojos”, un salón de baile de población, pero como el mejor del
centro, perteneciente a Willy Neyra. Recuerdo haber escuchado allí, en sus
inicios, a Los Cumaná de Coquimbo y a los Vikings 5, cuando estos últimos
llegaron cantando “Linda Provinciana”, su primer gran éxito bailable, seguido
de “Ahí viene el minero, bajando de las cumbres”, en plena época de la Unidad
Popular.
Un poco más
arriba estaba “El Infierno”, un salón para los más osados y resistentes
aficionados a la rayuela corta y al buen espectáculo. En tanto que, en Los
Canales, hoy Torreblanca, estaba el famoso local “El Tu yo”.
Volviendo al
centro de la ciudad, nos encontramos con Establecimientos “El Oriente” de
Enrique Alegría, ubicado en calle Prat 1143, el cual todos los domingos ofrecía
exquisitas empanadas de horno con carne del sur.
Si usted
quería algo más exótico, para eso estaba Restaurante “El Pato Pekín”,perteneciente a don Alberto Oo, quien atendía personalmente
a un costado de la sede de la Cámara de Comercio. Su menú de un día cualquiera,
consistía en guatitas a la madrileña con salsa chilena… parrilladas… tortillas
de congrio y corvina a la cacerola. A su vez, el “hotel Ritz”, ubicado en calle
Fáez con San Ambrosio # 490, complementaba su servicio con la Confitería “Roxi”
que ofrecía pasteles, confites y helados…